"Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes..."
Un espectro trabaja sin descanso y en silencio en campos calcinados. Camina arrastrando los pies a través de las polvorientas plazas del pueblo. Trabaja como un burro entre la mugre y la monotonía de las fábricas. Revisa la basura en callejones de barriadas. Flota sobre cubículos de edificios de oficinas, hilera tras hilera. Donde sea que el capitalismo haya hecho sus desfiles, nuestro espectro los siguió de manera callada. Se afinca entre los excluidos, los empobrecidos, los explotados. Da testimonio de millones de gritos silenciosos. Avistamos ese fantasma, cada vez más.
Pero, ¿por qué una edición gráfica? Sencillamente: para reanimar el texto. Para que esté disponible para un público nuevo. Para ayudarnos a comprender mejor nuestro anhelo innato por la promesa de un mañana mejor y para volver a familiarizarnos con un panfleto político que forjó las bases ideológicas de una de las épocas más idealistas y a la vez más represivas en la historia de la humanidad.